Esta semana la banda terrorista ETA ha vuelto a ser protagonista de las noticias. Varios de sus miembros cometieron un delito de robo en un concesionario automovilístico en Francia y como consecuencia falleció un gendarme por disparo de bala. Desgraciadamente, hasta aquí nada es novedoso, a excepción de que la víctima esta vez ha sido un policía francés.
El suceso ha desencadenado una búsqueda intensa de los asesinos, que se saldó con la detención de uno de ellos. Para localizar a los restantes, se distribuyeron en los medios de comunicación fotos de los sospechosos. La sorpresa saltó con la aparición y difusión de unas imágenes en las que aparecen cinco varones con un carrito en un supermercado, vídeo difundido por el Ministerio del Interior galo. Se les etiquetó de etarras sin dar el beneplácito a la presunción de inocencia. Al final resultaron ser cinco bomberos catalanes que estaban de vacaciones en el país vecino.
Esta historia nos hace pensar en lo fácil que es acusar falsamente a alguien, con intención o no, y, sobre todo, en la enorme responsabilidad que tienen los medios de comunicación a la hora de dar una noticia. Nosotros probablemente nos olvidemos de todo esto dentro de un mes, pero, ¿y los afectados y sus familias? ¿Cómo superarán una acusación tan terrible, acompañada por sus imágenes difundidas por todo el mundo?
El suceso ha desencadenado una búsqueda intensa de los asesinos, que se saldó con la detención de uno de ellos. Para localizar a los restantes, se distribuyeron en los medios de comunicación fotos de los sospechosos. La sorpresa saltó con la aparición y difusión de unas imágenes en las que aparecen cinco varones con un carrito en un supermercado, vídeo difundido por el Ministerio del Interior galo. Se les etiquetó de etarras sin dar el beneplácito a la presunción de inocencia. Al final resultaron ser cinco bomberos catalanes que estaban de vacaciones en el país vecino.
Esta historia nos hace pensar en lo fácil que es acusar falsamente a alguien, con intención o no, y, sobre todo, en la enorme responsabilidad que tienen los medios de comunicación a la hora de dar una noticia. Nosotros probablemente nos olvidemos de todo esto dentro de un mes, pero, ¿y los afectados y sus familias? ¿Cómo superarán una acusación tan terrible, acompañada por sus imágenes difundidas por todo el mundo?
¿Hasta dónde deben llegar la prudencia y la ética profesional? ¿Todo vale con tal de destacar en el negocio informativo?
En la actualidad parece que se dan muchos casos de este tipo. El del padrastro,que supuestamente maltrato a su hija, en el que los medicos y cargos politicos divulgaron información poco fiable. De la cual los medios de comunicación se hicieron eco, produciendo un gran daño.
ResponderEliminarParece que hoy día la noticia corriente no es noticia y tenemos que rizar el rizo para alcanzar una mayor repercusión o relevancia.
Esto hace que los limites de la veracidad en las noticias, traspasen la línea de la legalidad y los derechos de las personas.
Sinceramente me parece lamentable difundir una serie de imágenes acusativas a todo el mundo sin cerciorarse primero. Eso lo único que demuestra es una metedura de pata increíble y una falta de PROFESIONALIDAD por parte de los medios de comunicación.
ResponderEliminarA mi me parece que la policía y los periodistas franceses están "orinando fuera de la escupidera"; a ver si se cree que los etarras después de lo que hicieron van a ir todos juntitos a comprar al super, luego iban a la "Torre del Infiel y a los Campos del Eliseo". Primero disparan y después preguntan.
ResponderEliminarjuanki
Efectivamente, y luego a un concierto de Carla Bruni...
ResponderEliminarSiguiendo la misma regla de tres que parecen tener los medios de comunicación he de decir que este texto sobre porno, sexo y violencia es muy interesante.
ResponderEliminarYa he llamado la atención para que más gente me lea.
Misión cumplida.
Lorena.
¡Muy aguda, Lorena! Tu comentario, colocado estratégicamente en un medio, ya habría picado la curiosidad de algunos...
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